Juan Carlos Novelo: de obstinados y ostinatos donde la diversidad musical se funde con el jazz

Myrna Armenta Ruiz
6 min readApr 24, 2021

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Publicado en Contratiempo Jazz

Por Myrna Armenta Ruiz
Fotografías proporcionadas por el artista

Todo comenzó en la infancia, cuando dentro de sus tareas como monaguillo, estaba el sonar las campanas para llamar a misa en la iglesia de Santa Catarina del ahora turístico barrio de Coyoacán, en la Ciudad de México. Después, su interés en las percusiones crecería, al tocar los tambores en bandas de guerra y sentir la fascinación ante la resonancia que se generaba al interior de las iglesias con techos en forma de bóveda.

Juan Carlos Novelo, baterista mexicano de rock, blues y jazz, es reconocido en el medio musical comercial e independiente, por tener un sonido sólido, creativo y un estilo propio, así como por dominar y fusionar distintos géneros con ritmos latinoamericanos de manera atinada, como es posible constatarlo en su primer disco Ostinato (2015).

Tranquilo, apacible, con una voz que refleja su sencillez y sinceridad, narra en un salón donde imparte clases en la Escuela del Rock a la Palabra, su camino por esta profesión, donde dice, ha tenido la suerte de aprender mucho al tocar con músicos de gran calidad en los dos mundos donde se ha movido: Armando Manzanero, Tania Libertad, Eduardo Segundo “el polivoz”, los Hermanos Castro, Marco Antonio Muñiz, Daniel Río Lobos, entre otros; Guillermo Briseño, Gerardo Bátiz, Eugenio Toussaint, Betsy Pecanins, y muchos otros proyectos independientes.

De igual modo, no olvida a las personas que influyeron en su decisión de ser músico a la hora de elegir su camino en plena adolescencia. La familia de los Méndez: Beto, Nacho, Memo Méndez, el también actor Nando Estevané, todos músicos y artistas, fueron los vecinos con los que armó su primera banda por ahí de los setentas, Los Poquers, y quienes le enseñaron discos de todo tipo y algo de batería a sus 12 años.

Figura importante en su formación y retos personales es el maestro Álvaro López, reconocido como uno de los mejores bateristas mexicanos. “Yo era de sus alumnos más aventajados aunque era muy exigente en la cuestión técnica y la lectura. En sus clases llegué a pensar que yo no era para esto, porque no podía con unos ejercicios, luego de un año al fin me salieron, después entendí que así es la música. De ahí empecé por mi cuenta y comencé a tocar aquí y allá”, relata.

Novelo, como le dicen sus amigos y alumnos, se considera más un baterista de rock, aunque en esta pregunta se detiene unos segundos y luego comenta que si tiene que definirse, sería un baterista de fusión.

“Soy más un baterista de rock, esos son mis orígenes, he incursionado en el jazz, pero soy un baterista de fusión. Cuando tomaba clases con Álvaro López tocaba en el grupo Kerigma, por ahí de los años ochenta, en esa etapa escuché rock progresivo que me voló la cabeza: Génesis, Yes, Emerson Lake and Palmer, todo eso se queda, ya luego conocí otras músicas, ritmos, géneros”.

El Ostinato

Una parte de esta diversidad de aprendizajes y experiencias, se escucha en su Ostinato, un disco con nueve temas instrumentales que bajo un mismo pulso (el tiempo que marca el metrónomo) y ostinatos (figuras que en la música se definen como patrones rítmicos o melódicos que se repiten a lo largo de las piezas) nos lleva a fusiones donde aparecen elementos de géneros como el huapango, el reggae, el danzón, el blues, la balada, el landó y el festejo de Perú, estos dos últimos, los conocería en distintos viajes realizados a ese país con músicos como Tania Libertad.

“He conocido estos ritmos al tocar en distintos proyectos que lo demandaban, con otros músicos, en viajes por México y Latinoamérica, así ha sido mi acercamiento e interés a lo largo de los años. El disco está inclinado al jazz pero no es jazz puro, porque partí de géneros que he manejado en mi carrera, ritmos primarios, folklóricos, de donde salió todo para componer”.

Y así lo sugieren los nombres de los temas: “Balada para elefantes”, una balada que a la mitad se convierte en otra cosa; “Que siga el festejo”, es una improvisación de piano y bajo donde aparece el ritmo de esta danza peruana de raíces africanas que todavía se practica; lo mismo con “Huapa”, donde la melodía del violín nos remite a este género de la zona huasteca del país; “Blues Bri” que no es un blues clásico de 12 compases pero el ritmo sí, lo mismo con “Reggae al audio”; “Lando Lee”, otra base rítmica peruana donde corren solos de guitarra eléctrica; “Cielo yucateco”, “Danzón entre flores” con melodías de saxofones y “7/4 con hamacas”, pieza inclasificable que cierra el disco.

Para quien siempre ha colaborado como instrumentista, como es habitual en la mayoría de los bateristas, este proceso significó adentrarse en aspectos de la composición melódica y armónica, sin embargo, Juan Carlos Novelo comenta que no fue tan difícil y afirma que contario a lo que se piensa, los bateristas pueden ser grandes melodistas, por tener recursos diferentes a los que dominan quienes tocan instrumentos melódicos.

“Aprendí el programa para grabar, en 2010 comencé a realizar mis maquetas, luego se las pasé a los músicos invitados, más de veinte, mi idea era darles el ritmo, sugerir melodías para que ellos improvisaran, hay mucha improvisación. Lo veo como un proceso donde yo di las bases, que tampoco significa que son sencillas de tocar, para que solearan mis cuates”, dice.

Grabado de manera independiente, colaboraron músicos como: Guillermo Briseño, Gerardo Bátiz, Leonardo Sandoval, Rubén Luna y el peruano José Madueño, todos pianistas; bajistas como Juan Cristóbal Pérez Grobet, Cristian Rodríguez, Sabo Romo, Alfonso Rosas, Juan Sosa, Chuco Mendoza; en las guitarras, Juan Carlos Márquez, Mauricio Sotelo, Ángel Chacón, Felipe Souza; también Juan Manuel Ledezma tocando jaranas, Jorge Gaitán, en el violín, César Barreiro en la trompeta, Juan Manuel Navarro en los saxofones y Natalia Morelos en el oboe.

Ostinato tiene que ver con tan sólo una mínima parte de la diversidad musical del continente y con el carácter obstinado del participante. “Tienes que ser obstinado, necio para hacer esto, como ya lo sabemos”, comenta pero sin un dejo de lamento.

Al escucharlo en las plataformas web donde se puede descargar: Spotify, itunes, es posible escuchar paisajes musicales diversos y energéticos, donde la música en general, invita al movimiento, a la escucha atenta y al disfrute que permiten los distintos ritmos.

Como muchas creaciones independientes, difíciles de clasificar, el disco no ha tenido demasiada promoción y se ha presentado poco. El maestro Novelo dice que aunque es muy complicado costearlo, le gustaría incorporar un espectáculo multidisciplinario, con video, bailarines, con dibujos creados en vivo por el artista visual Pío a Mano, con quien ya ha trabajado.

“Veremos, es difícil, pero ya estoy pensando en otro disco, más minimalista, con menos músicos, igual supongo sería instrumental, a ver”, concluye.

Huapa

Danzón entre flores

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Myrna Armenta Ruiz

Blog de periodismo cultural, social, musical. Dolencias existenciales, historias, reflexiones, cavilaciones.